Un DRP permite a las empresas reanudar sus actividades en el menor tiempo posible y con la menor o nula pérdida de información, lo que se ve reflejado en una menor pérdida económica.
A continuación, te enlistamos varios beneficios al tener y adoptar esta buena práctica:
Contar con un respaldo administrado por un externo: al ser un servicio administrado, garantiza la re-implementación de información vital en un tiempo de respuesta mucho menor, sin importar la pérdida de equipos, oficinas o respaldos realizados en la empresa.
Contacto continuo con el cliente y proveedores: reduce el tiempo de inactividad al máximo para mantener la buena relación comercial con clientes y proveedores, además de proveer atención a clientes y no contar con pérdidas por cancelaciones o retrasos.
Minimiza las pérdidas por inactividad: organiza y capacita a los equipos responsables para que actúen rápidamente y restablezcan los sistemas afectados.
Minimiza el estrés de la toma de decisiones: en una situación de extrema urgencia es primordial que todos sepan cómo actuar, desde el personal de menor rango hasta el de mayor rango.
Asegura el acceso a la información: el respaldo permite proteger los datos ante cualquier evento negativo y así poder disponer de ellos de manera inmediata.
En general, un DPR brinda tranquilidad a las empresas, ya que asegura que ante cualquier inconveniente a corto, mediano y largo plazo se tendrá la garantía de que las operaciones seguirán en pie más pronto de lo que se imaginan.
Para concluir, es muy importante contar como una buena práctica el implementar un DRP y revisarlo periódicamente para actualizarlo las veces que sea necesario. Recordemos que una organización es dinámica y siempre está evolucionando.